viernes, 11 de enero de 2019

Quita una pena otra pena y un dolor otro dolor

(Escrito a mediados de diciembre, cuando todavía era Otoño y por eso todo se me caía)

Soy río que se desborda poco a poco y costura que se deshace por las esquinas. No tengo espacio en el cuerpo para esta pena. Voy colocando una raya entre yo y mi tristeza y suena como el silencio que sigue a un se acabó cuando pensabas que duraría. Compro gramos de ansiedad. Es otoño y quizá por eso todo se está cayendo y hace días que intento llorar y no lo consigo porque tengo miedo de inundar el mundo que me importa conservar. Muere gente a golpes de cuchillo y puño y realidad y a mí se me atraviesa en la garganta un sistema entero con sus planetas llenos de luz y vacío existencial. Muero de rabia y quiero matar. ¿Cómo gestiono esta puta mierda que llaman ser?. Vivo detrás de un muro que me provoca sentir y no me deja expresar ni rabia ni alegría ni humanidad. No estoy regando mi piel y está empezando a ser escama que se traduce en aspereza y en que no quiero acomodar. Quiero decirte la verdad. La verdad es que hay monstruos bajo la cama y en la cocina y en el espacio entre tu aire y mi soledad. Por eso ni duermo, ni alimento, ni puedo respirar si estoy contigo cuando no puedo estar. Igual por eso tú tan mal. La verdad es que me corto en pedacitos para que sea más fácil tragarlo todo sin atreverme a masticar. La verdad es que contigo a veces desaparezco. Que tú conmigo también. La verdad es que ya no te veo brillar y es la canción más triste pensar en ti. La verdad es que no te lloro porque ya me duele todo y aprendí a ser un genial contenedor. La verdad es que si dejamos de intentar estar mejor lo podemos conseguir. La verdad es que ya fue, se terminó. La verdad es que quiero ser feliz y quiero que tú también. Quiero un Big- Bang, una creación. Que la piedra de la boca de mi estómago por fin explote y me libere de lo que he ido callando mis 27 inviernos y primaveras. La verdad es que necesito liberar. Liberarme de ti. Liberarte de mí. Liberar al resto de la tiranía y el desarraigo de un horizonte sin ganas de caminar. Liberar el amor del disfraz del miedo, la impotencia y la incomprensión. Liberar el mundo de tanta pena, penita, pena.