viernes, 8 de marzo de 2024

Mamá

Mi madre tiene un corazón hecho de algo más valioso que el oro. Tiene la mirada limpia. Habla mucho, trabaja mucho, viaja mucho, vive mucho. Es tan buena como inteligente. Es decir, mucho. No ha nacido aún la persona que, conociéndola, crea que puede vacilarla. Dunia Corleone. Dunia Antúnez. La Matriarca. 

Hija única, conseguidora de todo. En ella no se cumple eso de que los hijos únicos no saben compartir. Vivió rodeada de primos, sobrinos, vecinos que habitaban la casa de mi abuela esperando un plato de croquetas, un caldo papas, un pan con mantequilla. Tuvo un padre que fue un amigo, siempre confidente en sus aventuras, que no fueron pocas ni chiquitas. Mi abuelo fue un hombre muy diferente a los de su época. Siempre comprensivo, nunca prohibitivo, nunca enfadado. De él heredó mi madre la paciencia, la serenidad. También la fuerza de no dejarse abusar. Mi abuelo era justo. Mi madre también lo es. 


Mi abuela era una mujer de carácter. Fue hija de la guerra. La primera de cinco. Nació y creció con miedo, queriendo protegernos siempre de la desgracia que había aprendido de chica a sentir tan cerca. Mi abuela era generosa. Crió y cuidó, cuidó y crió. Madre, hermanos, hija, nietos, sobrinas, primas, vecinas. Todas teníamos sitio en su mesa y en su corazón. 


Mi madre es digna hija de mis abuelos. La serenidad de los Antúnez con el rugido de las Auyanet. Tuvo una juventud loca. Ella no cuenta mucho pero yo reconozco la rebeldía cuando la veo. Es una mujer fuerte, criada por otras mujeres fuertes. Pioneras, divorciadas, trabajadoras, bebedoras de ron, presas canarias. Su número es el tres. Tres maridos. Tres hijos. Uno con el primero. Dos con el segundo que fueron criados con el tercero. Seis años de diferencia entre cada uno que no es más que tres y tres. Yo soy la mediana. Llegué en el seis. Ojalá tuviera también tres vidas para disfrutarlas todas con ella.


Mi madre es preciosa. Tiene los ojos verdes y risueños, la risa contagiosa, la voz fuerte. Es ruidosa y determinante. Un metro y medio de puro encanto personal, como dice ella. Tiene obsesión por los zapatos. Si frunce el ceño y te mira no necesitas que diga más. Tiene valores que atraviesan las diferencias y mucha bondad en el alma. Le da me gusta a todo lo que comparten mis amigas. Nos invita siempre a comer. Nos dejó okuparle la casa durante una década. Quiere a mis amigas porque mis amigas me quieren. Con eso le sobra y le basta.


Nunca me ha dicho que no puedo ser lo que me dé la gana. Nunca ha impedido que vuele. Me ha financiado y apoyado en cuanta locura se me pasara por la cabeza. Todas mis aventuras se las debo a ella. Todos mis buenos recuerdos llevan su firma. Me quiso cuando tenía cresta y cuando le dije que era lesbiana y cuando tuve malos hábitos y peores notas y cuando fui egoísta. Y cuando le dije que no me quería me quiso diez veces más.


Mi madre es un faro en el mar. Es el 112, como dice mi hermano chico, que llegó en el año doce. Es, aunque ella a veces se empeñe en medirse a través de sus errores, lo mejor que me ha pasado en la vida.


Y aunque pase tres días sin llamarla, aunque no me acuerde de sus médicos, aunque a veces me olvide que también siente y necesita que la escuche, quiero que sepas, mamá, que eres la persona a la que más quiero y querré jamás y que soy quién soy gracias a que me has dejado equivocarme y crecer sin soltarme nunca de la mano.

 

Te quiero, mamá.

lunes, 11 de abril de 2022

Poesías sobre el abismo XII - Crisis de Fe

Bloqueo
Paro, esquivo, saco
balones fuera.

El sentimiento como animal
salvaje.
La vida como quehacer,
rutina.

El triunfo del sistema.

Situar mi responsabilidad
en una institución quebrada,
funcional,
ficticia.

El triunfo del individualismo,
fue hacernos creer
que ya tenemos treinta
y el idealismo se queda chico,
pequeño, enjuto, rasgado,
puro recuerdo.

Crisis de fe, nihilismo.
Supermercado en vez de contenedor.
Hastío del límite y lo permitido.
Terapia y chute de Diazepam.
Coraje y rabia.
Resignación.

La aceptación 
tiene matices de fracaso,
derrota, 
desilusión.

No quiero ser esta versión de terciopelo.

Quiero el consuelo de la venganza.
Llenar la panza de algarabía,
la noche fría y la mente calma.
Quiero anarquía,
la luz del alba
y una poesía
que rompa el alma
en frases llenas
de compromiso.

Y aunque el relente me tire al piso,
y falte una y otra vez
a mi promesa,
reconstruirme será la empresa.

Creer de nuevo
en la alegría.

martes, 19 de octubre de 2021

Poesías sobre el abismo XI - Raíz


Busco el principio. Mochi, que es mi gata sin ser mía, bebe y come y está completa. Busca mi mano que la acaricia y un lugar suave y confortable donde dormir. No quiere más. Si acaso alguna luz que vaya y venga y la entretenga en el espacio tiempo. Mi gata no se pregunta por qué. Yo sí. Y ahí está el puto quid de la cuestión. Quiénes somos. De dónde venimos. A dónde vamos. Dicen que llevamos dosmilquinientosmillones de años aquí y aun no entendemos una mierda del porqué. Desde luego tenemos nuestras teorías. Por qué coño pensamos. Por qué andamos continuamente descifrando el ayer y esperando el mañana. Viviendo en todas partes menos aquí. Dónde podemos hallar sentido. Yo intento que sea el amor lo que me mueve y sin querer rechazo la emoción que me hace romper el paradigma dominante. Vivo en una mente-cuerpo que se autocensura. Lucho contra el espejo porque miente pero a ratos no puedo evitar sentir que dice la verdad. Vengo del origen del universo y creo tener un momento de lucidez. Todo es mentira y verdad. Quién coño pone la línea donde comienza la zona gris. Todo es vivir o morir. No podemos entender el infinito. Yo soy poeta y no estudiante de ciencias y solo entiendo que vivimos dentro de una pelota que flota. En un universo eterno. En un vaivén inmortal que se repite incansable. Si Dios existe, ¿quién lo creó?, y así sucesivamente. No me interesa saber quién gana si hablamos del huevo y la gallina. No creo que pueda encontrar respuesta si me pregunto el para qué. No existe finalidad. Tampoco existe principio. Y aun así busco una y otro mientras mi gata se maravilla con mi caricia en su frente. Quiero aprender a ser así. Quiero aprender a estar aquí sin preocuparme de porqué. Quiero volver a ser humana en sintonía con lo que sea que tenga que nacer, crecer, reproducirse y morir. No es solo cuestión de meditar o de estudiar el átomo y su vibración. Apagar cada sentido es apagar también lo que me hace reconocer y reaccionar. No se puede diseccionar una sensación. Se que vivo en el deseo y que me pierdo en laberintos que mi ego inventa para después sentirse bien de haberlos superado. Tengo el estómago latiendo en cada cuerda vocal. Espero de verdad que la muerte sea la nada y el todo porque si tuviera que definir la vida en una palabra simple diría que es una fokin paranoia. Un espejismo de hormigón. Algo tan raro como las pipas del girasol o el movimiento de las mareas. Algo tan grande como la dimensión de la ternura en la nariz de un bebé  humano o animal que duerma en mi pecho y respire mi calor. Algo tan bello como la empatía luchando contra el sadismo. Algo que hay que amar y proteger para dejar de cometer el mismo error de hacernos daño una y otra vez hasta partirnos el corazón en cachos tan pequeñitos que ya no se puedan juntar. Te juro que más allá de preguntarme porqué estamos aquí me pregunto porqué somos así. Por qué toda esta pena y este competir. Por qué usar la consciencia para dormir. Por qué la avaricia. La conquista. La diferencia. Por qué se disfruta la violencia y la opresión.

Busco el principio para empezar de cero. Mochi, que es mi gata sin ser mía, bebe y come y no necesita odiar.

¿Por qué tanta gente sí?

lunes, 11 de octubre de 2021

Poesías sobre el abismo X - Casi treinta

Casi treinta.

Los últimos diez
casi callada en la poesía
mientras gritaba en la vida.
 
Me queda todo por aprender.
 
Me conozco mejor
y aun así me descubro
 de nuevo en la inseguridad.
 
¿Quién soy
después de todo este tiempo?
 
Sé cosas sobre el amor
y sobre mi propia miseria
-no tanto sobre la ajena-.
 
Casi treinta y me sigo
mirando el ombligo y
la oscuridad me sigue
dando miedo.
 
Los últimos quince corriendo deprisa
sin mucha cabeza
saltando de abismo en abismo
sobre tiburones y bosques de tierra
sobre manantiales, tambores de guerra
tratando de sentir
lo que fuera,
cualquier cosa.
 
Sigo siendo la misma, y no.
Ahora estoy haciendo cosas
que parecen importantes
aunque a ratos solo quiera
beber cerveza y volver
al útero de mamá.
 
Tengo fe en mí
por primera vez,
aunque muchas voces
tanto mías como ajenas
se empeñen en hacerme sentir
pequeña y culpable;
impostora y a veces hasta
malagente, fijatetú.
 
Pero contra toda ansiedad,
tengo fe en mí,
gracias a todas las voces 
tanto mías como ajenas.
que me dicen
que lo conseguiré.
 
Por suerte
la muerte nunca fue
la fuente de la que bebí,
aunque bailamos
muchísimas veces.

lunes, 6 de julio de 2020

La herida

Esta herida nunca cierra.
Me la hicieron de pequeña
Cuando llegué al mundo
Desnuda y con cara de asco.
Supongo que había demasiada luz.
Demasiado ruido.
Mi madre dice que nací con los ojos abiertos.
Curiosa. Despierta. Queriendo.
Siguen sin conseguir quitarme
Las ganas y la alegría
De vivir.
Pero me están quitando el resto.
Siguen metiendo el dedo y abriendo la llaga.
Picoteando y mordiendo la herida.
Esta herida nunca cierra.
Es como la bala, antigua.
No sabemos si fue primero la herida
O la cicatriz.
Lo que sé es que hoy no puedo dormir.
A días me despierto enfadada.
A meses me evado y me esfuerzo en borrarlo todo.
Son miles de millones de humanos reducidos a bits de información. Noticias. Imágenes. Propaganda. Manipulación. Violencia.

La producción de miedo en masa ayuda a amasar fortuna. Las ovejas asustadas corren al corral que les ofrece el pastor. Seguimos sin saber qué coño está pasando. Todo es confuso y superficial. El otro día me fueron a multar por darle un beso a una amiga que me encontré en la calle. El policía vino a decirme que usara el "sentido común" y lo peor es que al decirme eso, di un paso atrás.

Me hicieron repetir 1000 veces:
"Mantendrás la distancia de seguridad"

Y aunque sus leyes no sean las mías
Me condicionan.

¿Cuál sería mi esperanza de vida si hubiera vivido la dictadura? ¿Cuál es la esperanza de vida de los que no tienen esperanza?. Confundimos estar vivos con vivir. Esta herida nunca cierra porque hay demasiada gente disparando. Hace años yo no quería disparar. Ahora también me están quitando eso.

Mi rabia no tiene sitio. Mi rabia es el eco de todas las demás. Mi rabia no es compatible con buscar trabajo y ser una "ciudadana intachable". No puede ser una rabia feliz y despreocupada que está always smiling cause life is beautiful porque mi rabia tiene ganas de explotar en el mismo centro del cosmos y así crear un nuevo universo.

Mi rabia
Al contrario que su avaricia
Sólo quiere transformarse
En amor.

viernes, 11 de enero de 2019

Quita una pena otra pena y un dolor otro dolor

(Escrito a mediados de diciembre, cuando todavía era Otoño y por eso todo se me caía)

Soy río que se desborda poco a poco y costura que se deshace por las esquinas. No tengo espacio en el cuerpo para esta pena. Voy colocando una raya entre yo y mi tristeza y suena como el silencio que sigue a un se acabó cuando pensabas que duraría. Compro gramos de ansiedad. Es otoño y quizá por eso todo se está cayendo y hace días que intento llorar y no lo consigo porque tengo miedo de inundar el mundo que me importa conservar. Muere gente a golpes de cuchillo y puño y realidad y a mí se me atraviesa en la garganta un sistema entero con sus planetas llenos de luz y vacío existencial. Muero de rabia y quiero matar. ¿Cómo gestiono esta puta mierda que llaman ser?. Vivo detrás de un muro que me provoca sentir y no me deja expresar ni rabia ni alegría ni humanidad. No estoy regando mi piel y está empezando a ser escama que se traduce en aspereza y en que no quiero acomodar. Quiero decirte la verdad. La verdad es que hay monstruos bajo la cama y en la cocina y en el espacio entre tu aire y mi soledad. Por eso ni duermo, ni alimento, ni puedo respirar si estoy contigo cuando no puedo estar. Igual por eso tú tan mal. La verdad es que me corto en pedacitos para que sea más fácil tragarlo todo sin atreverme a masticar. La verdad es que contigo a veces desaparezco. Que tú conmigo también. La verdad es que ya no te veo brillar y es la canción más triste pensar en ti. La verdad es que no te lloro porque ya me duele todo y aprendí a ser un genial contenedor. La verdad es que si dejamos de intentar estar mejor lo podemos conseguir. La verdad es que ya fue, se terminó. La verdad es que quiero ser feliz y quiero que tú también. Quiero un Big- Bang, una creación. Que la piedra de la boca de mi estómago por fin explote y me libere de lo que he ido callando mis 27 inviernos y primaveras. La verdad es que necesito liberar. Liberarme de ti. Liberarte de mí. Liberar al resto de la tiranía y el desarraigo de un horizonte sin ganas de caminar. Liberar el amor del disfraz del miedo, la impotencia y la incomprensión. Liberar el mundo de tanta pena, penita, pena. 

lunes, 10 de diciembre de 2018

Poesías sobre el abismo IX - Miedo

(Escrito en algún momento del año 2016)

No encuentro mi voz cuando abro la boca y pretendo contarte que tengo miedo y más miedo a que te vayas. Miedo y más miedo y una duda y un millón de lágrimas de pena en el congelador. Yo también vivo triste y trato de agarrarme a la estela de un cometa que me lleve hacia un planeta donde todo sea más fácil. Comer y cantar. Un millón de personas sonriendo al calor de una buena idea. Besarte como carrera y tesis doctoral y luego un trabajo en tu sueño, cuidando que no aparezca la pesadilla. Tocando trompetas y sexos y hablando de conchas de mar. Bebiendo colacao caliente si hace frío. Te abrazo fuerte, muy fuerte. Duermo contigo como si fueras a evaporarte.

Creo que a veces quiero hacer de mí un boceto que no tenga este deseo infinito de apagarse. Me rechazo, soy consciente, cada vez que digo no cuando es un sí, joder. Si miro muy al fondo estoy hecha una mierda. Y escribo. Y suena como una canción de aquellas tristes que te hacen llorar de alegría. Love will tear us appart. Again. Me invento un cuento y lo disfruto. No hay nada mejor que la poesía y las papas fritas con huevo para limpiar mi alma de aceite usado y paranoia.