Sobrevolaba el abismo.
El vértigo venía de a ratos
cuando miraba el suelo,
pero pensaba que no tenía porqué.
Conozco el polvo y también la grieta
- decía -
estuve andando sobre la cima
de aquel volcán,
sobre la tierra seca y gris
y poco a poco
fui recordando
como llegué
y así también
como podía irme.
Eso creí.
Creerse a salvo
engancha igual
que la tristeza
o incluso más.
Creerse a salvo
de todo lunes
y todo martes.
Pero volar también me cansa.
Y caminar también me cansa.
Y andarme quieta
también me cansa.
Y busco fuerza en cada roca.
Quiero arreglarlo todo.
A mí, a ti, al resto.
El mundo entero
pegado con superglue.
Quiero arreglarlo y no estar a salvo.
Tan solo estar.
Tan solo estar.
Quiero que el suelo no sea caliente.
Y que la nube no sea tan fría.
Y al darme cuenta
de lo imposible
quiero dejar de querer.
Y así no funciona el mundo, kid.
Así no consigo nada.
Y así no funciona el mundo, kid.
Así no consigo nada.