viernes, 14 de marzo de 2014

Poesías sobre el abismo II - Vértigo

La superficie es como un vicio
no se cuándo volví fría
como el orden;
cuándo dejé de sentir el
corazón fuera del pecho.

Tuvo que ser sin darme cuenta
un día te callas y de pronto
te acostumbras al silencio
a no dar los buenos días por
la ventana
a mirar el cielo con cuidado
de que otros no presientan
la emoción.

''Hay una guerra mundial de miradas''
y a mí siempre se me dio fatal
cualquier conflicto.

Ahora lo guardo todo dentro
en cajas desarmadas por la prisa
debajo de alfombras que antes volaban
sobre un millón de hormigueros
sobre un paraíso inocente
y lleno de cambios
siempre a mejor.

La madurez te llega y ya jamás
serás el mismo.
La madurez te llega y te trastoca.
La madurez te llega y notas el peso
la rama cayendo
el tiempo pasando
tic tac
y al suelo.

Me cuesta desprenderme del simulacro.
Meidei, eseoese, la tierra se hunde
mi cuerpo enferma y me jode
mirar atrás
y ver la ilusión
invicta.

Mi mundo creciendo sin corte.
El fruto de la semilla que fui
quiso alimentar los campos de
exterminio donde moría de hambre
la idea de algo distinto
algo que fuera más grande
que todos los nopuedo.

Cualquier cacho de papel era un oasis
en mitad de una nube
hecha del humo de los puros
que otros fuman
moviendo piezas de ajedrez
que llevan nuestra cara.

Y ahora lo guardo todo dentro.
Guardo el humo y los papeles.
Guardo toda la impotencia.
Guardo el fruto porque ya no tengo
nada igual
y no quiero que lo ensucien
de realismo.

Ahora piden que me pare
todo el tiempo.
Y el problema es que no se
como parar
cuando estoy corriendo libre
sobre la cima.

Es como cuando aprendí a montar
en bicicleta.
Si no me paro no me caigo.

Hago equilibrio en mi vértigo.
Bailo con ginebra sobre la punta
del iceberg
y olvido lo que hay debajo.

La vida me hizo daño como a todos
y yo me defendí
a base de fachada.
Salí corriendo por el desastre,
desnuda y con frío
y estaba todo inundado;
el alma, la casa y la intención.

La vida me hizo daño como a todos
Y yo me defendí
a base de matar
al otro yo.

Pero no pude / pero no quise
Y ahora lo guardo todo dentro;
una especie de horror vacui
me mantiene almacenando.

Cuando asomo y me recuerdo
veo que el fondo de mi pozo
tiene peces
de colores
infinitos

esperando que les de un poco de luz.

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