martes, 22 de abril de 2014

Poesías sobre el abismo V - Lo que me toca



Sobrevolaba el abismo.

El vértigo venía de a ratos
cuando miraba el suelo,
pero pensaba que no tenía porqué.

Conozco el polvo y también la grieta
- decía -
estuve andando sobre la cima
de aquel volcán,
sobre la tierra seca y gris
y poco a poco
fui recordando
como llegué
y así también
como podía irme.

Eso creí.

Creerse a salvo
engancha igual
que la tristeza
o incluso más.

Creerse a salvo
de todo lunes
y todo martes.

Pero volar también me cansa.
Y caminar también me cansa.
Y andarme quieta
también me cansa.

Y busco fuerza en cada roca.

Quiero arreglarlo todo.
A mí, a ti, al resto.
El mundo entero
pegado con superglue.

Quiero arreglarlo y no estar a salvo.
Tan solo estar.

Quiero que el suelo no sea caliente.
Y que la nube no sea tan fría.

Y al darme cuenta
de lo imposible
quiero dejar de querer.

Y así no funciona el mundo, kid.
Así no consigo nada.

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